Trucos corporales para combatir pequeñas dolencias
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Aquí os van los primeros nueve prácticos consejos para aliviar (de forma natural) esos pequeños y molestos achaques con los que el cuerpo nos "obsequia" de tanto en tanto. ¡No te pierdas mañana los otros nueve!
18 trucos que enseñarle a tu cuerpo (parte I)
Por Kate Dailey (Salud);
1. Si te duele la garganta, arráscate una oreja.
Cuando tenías 9 años, hacer ruiditos con el sobaco era guay. Ahora, como adulto, aún estás a tiempo de apreciar algunas hazañas asociadas con el cuerpo, aunque eres más selectivo. Por ejemplo, tomemos ese cosquilleo en la garganta; no merece la pena que lo amordaces. Aquí tienes un método mejor para aliviar tu picor: “Cuando se estimulan los nervios de la oreja, se crea un reflejo en la garganta que puede causar espasmos en el músculo”, dice el doctor en medicina Scott Schaffer, presidente de un centro especializado en otorrinolaringología en Gibbsboro, New Jersey. “Este espasmo alivia el cosquilleo”.
2. ¡Experimenta la audición supersónica!
Si en un cóctel estás hablando pegado a una cotorra parlanchina, dirige hacia ella tu oído derecho. Según investigadores de la Escuela de Medicina David Geffen en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), es mejor que el izquierdo a la hora de seguir el ritmo rápido de las conversaciones. Si, por el contrario, vas en un ascensor intentando identificar la canción que suena bajito por la música de ambiente, dirige hacia el altavoz el oído izquierdo. Va mejor a la hora de reconocer tonos musicales.
3. ¡Supera tus urgencias más primarias!
¿Necesitas orinar? ¿No hay retretes por los alrededores? Ten una fantasía con Jessica Simpson. Pensar en el sexo causa preocupación en el cerebro, de modo que no te sientes tan incómodo, comenta el doctor en medicina Larry Lipshultz, jefe de urología en el Colegio de Medicina Baylor. Para obtener mejores resultados, inténtese visualizar mentalmente el video de "These Boots Are Made for Walking" de la Simpson.
4. ¡Adios al dolor!
Investigadores alemanes han descubierto que toser durante una inyección puede aminorar el dolor causado por el pichazo de la aguja. Según Taras Usichenko, autor de un estudio sobre el fenómeno, este truco causa un repentino y temporal aumento en la presión del pecho y del canal medular, inhibiendo las estructuras conductoras del dolor de la médula espinal.
5. ¡Despeja tu congestionada nariz!
Olvídate del utabon. Una forma más rápida y barata de aliviar la presión en tus senos es la de empujar con fuerza y por turnos la lengua contra el cielo de la boca, y luego presionar con un dedo entre las cejas. Esto provoca que el hueso vómer, que recorre el conducto nasal hacia la boca, se mueva hacia delante y hacia atrás, comenta Lisa De Stefano, doctora en osteopatía y profesora asistente en el Colegio Osteopático de la Universidad Estatal de Michigan. El movimiento disminuye la congestión; después de 20 segundos sentirás que tus senos empiezan a drenarse.
6. ¡Combate la acidez sin agua!
¿Te preocupa que esas alitas de pollo se te repitan esta noche? “Duerme sobre tu lado izquierdo”, dice Anthony A. Starpoli, doctor en medicina, profesor asistente de medicina en el Colegio de Medicina de Nueva York y especialista en gastroenterología en aquella ciudad. Los estudios han desmostrado que los pacientes que duermen sobre el costado izquierdo son menos propensos a sufrir reflujos ácidos. El esófago y el estómago se conectan en ángulo. Cuando duermes sobre el lado derecho, el estómago queda más alto que el esófago, lo cual permite a la comida y a los ácidos estomacales deslizarse hacia la garganta. Cuando duermes sobre el costado izquierdo, el estómago se encuentra por debajo del esófago, de modo que la gravedad juega a tu favor.
7. ¡Cura tu dolor de muelas sin abrir la boca!
Simplemente frota con hielo la palma de tu mano, hazlo sobre el área en forma de V que hay entre el pulgar y el dedo índice. Un estudio canadiense descubrió que esta técnica reducía el dolor de muelas casi un 50% en comparación a los que no usaban hielo. Los nervios ubicados en la base de esa V estimulan un área del cerebro que bloquea las señales del dolor que llegan desde la cara y manos.
8. ¡Haz desaparecer las quemaduras!
Cuando accidentalmente te chamusques un dedo con la estufa, limpia la piel y aplica una ligera presión con las yemas de los dedos sobre tu mano no dañada. Según la doctora DeStefano, el hielo hará que el dolor desparezca antes, pero con el método natural se consigue que la piel regrese a una temperatura normal, por lo que es más probable que no aparezcan ampollas.
9. ¡Haz que el mundo deje de girar!
¿Demasiado mareado por esas copas de más? Coloca tus manos sobre algo estable. La parte del oído encargada del equilibrio – la cúpula – flota en un fluido con la misma densidad que la sangre. “A medida que el alcohol se diluye en la sangre, la cúpula se hace menos densa y aumenta su volumen”, dice el Dr. Schaffer. Esto confunde al cerebro. El contacto táctil con un objeto estable le da al cerebro una segunda opinión, y sientes que tienes más equilibrio. Esto sucede gracias a la sensibilidad de los nervios de la mano, y funciona mejor que el paseíto que la sabiduría popular recomienda.
Aquí os van los primeros nueve prácticos consejos para aliviar (de forma natural) esos pequeños y molestos achaques con los que el cuerpo nos "obsequia" de tanto en tanto. ¡No te pierdas mañana los otros nueve!
18 trucos que enseñarle a tu cuerpo (parte I)
Por Kate Dailey (Salud);
1. Si te duele la garganta, arráscate una oreja.
Cuando tenías 9 años, hacer ruiditos con el sobaco era guay. Ahora, como adulto, aún estás a tiempo de apreciar algunas hazañas asociadas con el cuerpo, aunque eres más selectivo. Por ejemplo, tomemos ese cosquilleo en la garganta; no merece la pena que lo amordaces. Aquí tienes un método mejor para aliviar tu picor: “Cuando se estimulan los nervios de la oreja, se crea un reflejo en la garganta que puede causar espasmos en el músculo”, dice el doctor en medicina Scott Schaffer, presidente de un centro especializado en otorrinolaringología en Gibbsboro, New Jersey. “Este espasmo alivia el cosquilleo”.
2. ¡Experimenta la audición supersónica!
Si en un cóctel estás hablando pegado a una cotorra parlanchina, dirige hacia ella tu oído derecho. Según investigadores de la Escuela de Medicina David Geffen en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), es mejor que el izquierdo a la hora de seguir el ritmo rápido de las conversaciones. Si, por el contrario, vas en un ascensor intentando identificar la canción que suena bajito por la música de ambiente, dirige hacia el altavoz el oído izquierdo. Va mejor a la hora de reconocer tonos musicales.
3. ¡Supera tus urgencias más primarias!
¿Necesitas orinar? ¿No hay retretes por los alrededores? Ten una fantasía con Jessica Simpson. Pensar en el sexo causa preocupación en el cerebro, de modo que no te sientes tan incómodo, comenta el doctor en medicina Larry Lipshultz, jefe de urología en el Colegio de Medicina Baylor. Para obtener mejores resultados, inténtese visualizar mentalmente el video de "These Boots Are Made for Walking" de la Simpson.
4. ¡Adios al dolor!
Investigadores alemanes han descubierto que toser durante una inyección puede aminorar el dolor causado por el pichazo de la aguja. Según Taras Usichenko, autor de un estudio sobre el fenómeno, este truco causa un repentino y temporal aumento en la presión del pecho y del canal medular, inhibiendo las estructuras conductoras del dolor de la médula espinal.
5. ¡Despeja tu congestionada nariz!
Olvídate del utabon. Una forma más rápida y barata de aliviar la presión en tus senos es la de empujar con fuerza y por turnos la lengua contra el cielo de la boca, y luego presionar con un dedo entre las cejas. Esto provoca que el hueso vómer, que recorre el conducto nasal hacia la boca, se mueva hacia delante y hacia atrás, comenta Lisa De Stefano, doctora en osteopatía y profesora asistente en el Colegio Osteopático de la Universidad Estatal de Michigan. El movimiento disminuye la congestión; después de 20 segundos sentirás que tus senos empiezan a drenarse.
6. ¡Combate la acidez sin agua!
¿Te preocupa que esas alitas de pollo se te repitan esta noche? “Duerme sobre tu lado izquierdo”, dice Anthony A. Starpoli, doctor en medicina, profesor asistente de medicina en el Colegio de Medicina de Nueva York y especialista en gastroenterología en aquella ciudad. Los estudios han desmostrado que los pacientes que duermen sobre el costado izquierdo son menos propensos a sufrir reflujos ácidos. El esófago y el estómago se conectan en ángulo. Cuando duermes sobre el lado derecho, el estómago queda más alto que el esófago, lo cual permite a la comida y a los ácidos estomacales deslizarse hacia la garganta. Cuando duermes sobre el costado izquierdo, el estómago se encuentra por debajo del esófago, de modo que la gravedad juega a tu favor.
7. ¡Cura tu dolor de muelas sin abrir la boca!
Simplemente frota con hielo la palma de tu mano, hazlo sobre el área en forma de V que hay entre el pulgar y el dedo índice. Un estudio canadiense descubrió que esta técnica reducía el dolor de muelas casi un 50% en comparación a los que no usaban hielo. Los nervios ubicados en la base de esa V estimulan un área del cerebro que bloquea las señales del dolor que llegan desde la cara y manos.
8. ¡Haz desaparecer las quemaduras!
Cuando accidentalmente te chamusques un dedo con la estufa, limpia la piel y aplica una ligera presión con las yemas de los dedos sobre tu mano no dañada. Según la doctora DeStefano, el hielo hará que el dolor desparezca antes, pero con el método natural se consigue que la piel regrese a una temperatura normal, por lo que es más probable que no aparezcan ampollas.
9. ¡Haz que el mundo deje de girar!
¿Demasiado mareado por esas copas de más? Coloca tus manos sobre algo estable. La parte del oído encargada del equilibrio – la cúpula – flota en un fluido con la misma densidad que la sangre. “A medida que el alcohol se diluye en la sangre, la cúpula se hace menos densa y aumenta su volumen”, dice el Dr. Schaffer. Esto confunde al cerebro. El contacto táctil con un objeto estable le da al cerebro una segunda opinión, y sientes que tienes más equilibrio. Esto sucede gracias a la sensibilidad de los nervios de la mano, y funciona mejor que el paseíto que la sabiduría popular recomienda.
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